LA IMPORTANCIA DE
EMPEZAR LA CASA POR LOS CIMIENTOS
En el deporte, y en este caso en el
ciclismo, al igual que en la construcción conviene empezar a
construir la temporada cimentada en una base sólida capaz de
sustentar los entrenamientos más duros y un estado de forma óptimo
más duradero.
Debemos ver nuestro preparación física
como una casa en construcción, a la cual nuestros entrenamientos
deben ir dando forma piramidal, en el que las intensidades más bajas
se llevan la parte más importante de nuestro tiempo y según vamos
subiendo en la escala de intensidades concederemos menos tiempo, que
no menos importancia.
Los llamados “kilómetros basura”
son los que a la postre nos van a permitir tener una mejor
recuperación de los entrenamientos de calidad, así como de las
carreras más exigentes. De igual modo, mejoraremos la asimilación
de las cargas de entrenamiento de manera ostensible si anteriormente
hemos realizado un buen trabajo de base a intensidades bajas.
La mejor cura para el llamado “sídrome
del cicloturista” (muy suave en terrenos llanos y en los puertos
“el último paga ronda”) es trabajar de forma ordenada y
progresiva las diferentes intensidades en las que dividimos las
cargas de entrenamiento. Dando mayor importancia a comienzos de
temporada al las intensidades más baja (umbral aeróbico) y más
adelante haciendo un mayor trabajo a intesidades medias (umbra
anaeróbico). Utilizando las más altas intensidades para conseguir
un poco de chispa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario